No es algo de lo cual me sienta muy orgulloso, pero bueno, de verdad pasó y es bueno de vez en cuando tragarse su propio orgullo.
Cuento corto, el viernes pasado choqué. En Bilbao inexplicablemente el auto de adelante frenó con plena luz verde y bueno, parece que tenía frenos ABS o algo así, la cosa es que claramente frenó más rápido que yo y así quedó mi carro.
Imagínense cómo quedó el otro... jajaja.
Bueno, pasada una semana, ya está presupuestada la maravilla de arreglo y mi orgullo un poco más recuperado.
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